Si algo tiene bueno vivir en la zona de Valladolid es que está cerca de muchísimos sitios, esto implica que en un radio de una hora u hora y media de coche te puedes plantar en sitios tan geniales como Madrid, León, Burgos, Ávila y un sin fin más de ciudades.
Aprovechando la racha de buen tiempo y que se celebraba la XXIX Edición del Festival Titirimundi, pensamos que nuestro destino no podía ser otro que Segovia... Además, creo que no podía existir un lugar mejor para ir con niños. Que satisfacción ver la cara de La Tremenda cada vez que veíamos un espectáculo de títeres o de clown.
Turismo lo que se dice turismo hemos hecho poco, a parte del Acueducto, el Palacio de la Diputación, la Catedral y el Palacio de Quintanar no hemos visto mucho más... ya que nuestro principal objetivo era ver los espectáculos del Titirimundi. Aunque la tradicional foto con el acueducto de fondo no podía faltar...
Titirimundi promueve el teatro de títeres como una rama artística tradicional, pero que se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos. Su primera edición se llevó a cabo en 1985 y desde entonces se ha seguido llevando a cabo en la ciudad de Segovia. Que durante una semana se convierte en un gran escenario, y esto es literal, ya que las actuaciones no se llevan a cabo en los teatros tradicionales, sino en escenarios tan particulares como: el patio del Palacio de Quintanar, el Palacio de la diputación, la Plaza Mayor, el Museo Esteban Vicente y un sin fin de calles.
Había multitud de espectáculos, pero nosotros nos centramos en aquellos destinados para un público infantil, de entre los que destaco el Coro Cocó de la Compañía PAI. Si tenéis la oportunidad de verlo en alguna otra ciudad no lo dudéis, merece muchísimo la pena y los niños lo pasan genial.